DAR PODER A LOS POBRES
Ramón Castillo
No resulta fácil percibir el carácter revolucionario del proceso comunal. Fortalecer la participación ciudadana en la toma de decisiones que la afectan contribuye a superar la vieja política paternalista que se implementó en el pasado, y que tanto daño le hizo a nuestro pueblo. Involucrar a la gente en la toma de decisiones, así como en el manejo de los recursos es hacer realidad la legítima aspiración manifestada por el Presidente Chávez de “dar poder a los pobres”. Pero nadie dijo que la cuestión sea fácil. La participación popular en un contexto político plural y democrático como el nuestro es un complejo proceso de aprendizaje en el cual todos, líderes políticos, funcionariado y comunidad nos vamos formando y perfeccionando, teniendo como horizonte la construcción del socialismo. Los consejos comunales no son mecanismos de exclusión, son espacios de colaboración plural para que aquellos que están preocupados por los problemas de su comunidad, independientemente de sus preferencias políticas, encuentren un camino para la participación. No hay consejos comunales “escuálidos” ni “revolucionarios” per se. Quienes lo hace una u otra cosa es la claridad política de sus componentes. El auténtico revolucionario sabe que, además de su compromiso partidista, está llamado a asumir el protagonismo comunitario que le corresponde como responsable de llevar adelante las políticas revolucionarias. Pero este protagonismo ha de ser inteligente, que evite caer en chocantes discriminaciones, exclusiones o actitudes soberbias o sectarias que no se corresponden ni con el espíritu de la Ley, ni con el llamado del Presidente Chávez a profundizar el socialismo, que es el nuevo nombre de la democracia. Excluir a los vecinos de los consejos comunales por razones de color partidista es una política torpe, porque contribuye a desmotivar la participación, cultiva la indiferencia y es una manera de torpedear el camino liberador que ha escogido la mayoría de nuestro pueblo. Insisto, todos vamos aprendiendo en este proceso tan delicado como es lograr que el vecino y la vecina dejen de ser simples habitantes y se transformen, a través de la participación, en auténticos ciudadanos y ciudadanas. |
ramoncas3@cantv.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario